La tradición de danza conchera en México es un vívido testimonio de la herencia cultural que ha perdurado a través de generaciones. A través de ritos, canto y danza, se han preservado elementos de las antiguas culturas, fusionándose en un proceso de sincretismo que mantiene viva la herencia de nuestros ancestros en el México actual. El Templo de la Santa Cruz, ubicado en lo más alto del Centro Histórico de la ciudad, sirve como escenario para estas danzas, donde cientos de personas de todo el país se reúnen anualmente durante tres días para demostrar su exaltación y veneración a la Santa Cruz.
El espectáculo es sorprendente y cautivador debido a la energía que emanan los danzantes, el colorido de sus atuendos con plumas en los tocados y los detalles cuidadosamente elaborados de su vestimenta. Esta danza conchera es un acto de fe y devoción, donde los concheros proclaman “¡Él es Dios!” en medio de las ceremonias.
Las festividades comienzan el 12 de septiembre con la “velación conchera” a partir de las 20:00 horas. Durante esta velación, las sahumadoras ofrecen ofrendas mientras se cantan alabanzas hasta el mediodía del día 13. Luego, los danzantes concheros, provenientes de diferentes regiones del país, realizan un impresionante desfile desde los Arcos hasta el Templo de la Santa Cruz, donde danzan hasta las 10:30 pm. Las danzas continúan el 14 y 15, culminando con el pago de mandas.
La danza conchera se organiza en “mesas de danza” que siguen una estructura jerárquica similar a la milicia, con un general, capitanes, malinches, sargentos, alfereces y tropa. Las ceremonias se dividen en dos fases, representando el principio de dualidad llamado Ometéotl: la primera etapa es la “velación”, que simboliza la energía de la noche y la madre tierra, mientras que la segunda etapa representa el día y la energía solar.
El atuendo de los concheros imita el vestuario característico de los antiguos aztecas y se ha convertido en un símbolo de esta tradición. La danza conchera es una forma de preservar la sabiduría ancestral y celebrar nuestra cultura. Durante las festividades, varias calles en el Centro Histórico de la ciudad serán cerradas para permitir el paso de los danzantes en su procesión.
Esta celebración es un recordatorio de las raíces profundas y la riqueza cultural de México, que continúan siendo parte integral de su identidad.
